Entre
30 y 50, errores de cálculo, alteración en la capacidad de toma de
decisiones, ideas fijas y exceso
de confianza y
del sentido de bienestar.
Entre
50 y 70, alucinaciones, deterioro del juicio, confusión
y risa histérica.
Entre
70 y 90, estupor,
pérdida de memoria y
desconcierto mental.
A
partir de 90, alucinaciones constantes, aumento de la intensidad de
la visión y la audición,sensación
de apagón inminente,
euforia, mareos, estados maníacos o depresivos, sensación de
levitación, alteración de la percepción del tiempo, cambios en la
apariencia facial y pérdida del conocimiento.
No
es el listado creciente de las consecuencias del consumo de mescalina
o alguna otra droga psicoactiva de diseño, sino los síntomas de
la narcosis
de nitrógeno o borrachera
de las profundidades,
la alteración
del estado de conciencia que
sufren los buceadores por efecto de las altas presiones de nitrógeno
sobre la transmisión nerviosa.
El corto Narcose (Narcosis) reconstruye
las alucinaciones reales que
ha experimentado en sus muchos descensos a los abismos marinos el
francés Guillaume
Néry,
un profesional de la apnea
o buceo libre (freediving)
que consiguió el récord mundial de descenso sin bombonas de oxígeno
en 2011 al llegar a 117
metros de profundidad (al
año siguiente batido por el ruso Alexey
Molchanov,
que alcanzó los 126).
Néry,
un tipo capaz de estar siete
minutos bajo el agua sin respirar,
relató a su novia, la realizadora Julie
Gaultier,
algunas de las sensaciones y visiones disparatadas y alucinantes que
ha sufrido por la narcosis. Con ese material vivencial de partida,
grabaron el cortometraje, que tiene más cercanía con una obra
visionaria sobre estados alterados de la mente que con un documental
sobre un deporte extremo.
Entre
lo deslumbrante —una mujer embarazada y desnuda flotando en un éter
cósmico—, lo angustioso —el buceador envuelto
en una cápsula transparente y flexible que
no es capaz de romper—, la proyección del miedo —Néry se
desdobla y huye corriendo por el fondo rocoso, le asedian unos seres
temibles e informes de mirada verde— y el puro onirismo —una boda
celebrada en las profundidades—, todas las visiones, dicen los
implicados, son recreaciones textuales de las experiencias del
buceador en sus descolgamientos hacia el inframundo marino.
La Redacción del blog.
Extraído de 20 Minutos.
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