Hablamos de Turquía, ese país que se encuentra a caballo entre Oriente y Occidente, ese país que hoy por hoy está siendo evaluado por la Unión Europea para poder entrar en ese selecto club que es Europa.
Pues bien, su Primer Ministro, de tendencia musulmana moderada, se ha despachado con unas bonitas declaraciones en las que nos recuerda que eso de vivir juntos niños y niñas, estudiantes universitarios en pisos, no es de ser un buen ciudadano, y que en estas circunstancias puede ocurrir cualquier cosa, según los informes ofrecidos por los servicios de inteligencia, cuerpos de policía y gobiernos locales, todo un alarde de democracia política para un país que quiere ser europeo.
Desde esta pequeñita tribuna, queremos decir que estamos en contra de las declaraciones realizadas por este "¿señor?", cargadas de un gran significado y peso religioso ultraconservador más que de ideología política en si. Creerá este político que cada piso es una casa de alterne confundiendo la convivencia de los jóvenes que comparten piso con actitudes depravadas.
Parece mentira que en pleno siglo XXI sigamos observando que se produzcan este tipo de declaraciones y más provenientes de un Primer Ministro de un país democrático, pero que en cuestiones de la mujer las sigue tratando con excesivo celo religioso-machista.
Sinceramente, los que aquí firmamos, no hemos tenido experiencia de compartir piso con ninguna mujer, ya nos gustaría, y no solo lo decimos por la idea de tener una pareja sino también por compartir con alguien que pueda ser amiga nuestra.
Seguramente aprenderíamos mucho los unos de los otros y seguramente el mundo sería mejor.
José Antonio, Enrique, Fernando y Lorenzo.
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