La pintura de Valdes Leal. |
La
Fundación Cajasol ha decidido sacudirle el polvo a las obras que
atesora su valiosa colección de arte, una de las más importantes de
Andalucía, e iniciar un programa de exposiciones, quearrancará
el próximo 27 de septiembre con Los
Maestros del Barroco,
que podrá verse hasta el 5 de enero en su centro cultural de la
calle Laraña y que exhibirá nueve piezas, entre ellas pinturas de
Zurbarán, Murillo, Alonso Cano, Valdés Leal, dos
anónimos –una Inmaculada y un rey San_Fernando– y tres tapices
holandeses.
Dentro
de esta muestra, una de las apuestas más potentes de la próxima
temporada, se
exhibirá el Jesús
atado a la columna, de
Valdés Leal, que adquirió por 95.000 euros la fundación en la
última subasta de Arte, Información y Gestión,
y que acaba de ser restaurado por Juan Luis Coto, experto en este
autor, con más de 40 lienzos recuperados.
Autorretrato de Alonso Cano |
La
muestra recorrerá otros centros de la entidad en Andalucía y forma
parte de una nueva política de Cajasol, que quiere organizar
exposiciones en las que dar a conocer su fondos pictóricos, que
abordan sobre todo el arte modernista y el contemporáneo.
El
presidente de la fundación reconoció que
“aunque nos encontramos en una época de estrecheces y
dificultades, sería un asesinato histórico el no defender la parte
de nuestro patrimonio cultural”.
Por eso, ha garantizado el compromiso de Cajasol con los creadores
andaluces.
En
cuanto al Valdés Leal, el
restaurador explicó que esta obra, que puede fecharse hacia 1670, es
una de las de más valor del maestro sevillano en las que se
reconocen de forma evidente las características de estilo de Valdés
Leal,
ya que “tanto la composición, como el dibujo y el colorido
coinciden claramente con los empleados en su periodo de máxima
plenitud”.
Autorretrato de Murillo. |
Además,
destacó que en el cuadro “se advierte la manifiesta tendencia de
este artista a captar una expresividad típicamente doliente y
patética, en contraposición a su contemporáneo Murillo, que en
temas de la pasión de Cristo procuraba al máximo rehuir la
expresión del sufrimiento”.
El
estado de conservación de la obra era pésimo, según desveló
Coto. El
lienzo pertenecía a un coleccionista particular hasta que lo compró
Cajasol en la subasta de primavera de Arte y Gestión. Según
explicó, la pintura había sido sometida a una restauración en el
siglo XIX, en
la que se habían realizado repintes sobre algunas zonas que, por
suerte, no alcanzaron a la figura de Jesús. Coto ha retirado estos
restos y ha utilizado el estucado o reintegración de la pintura para
devolver el esplendor a esta pieza.
Los
marcos también estaban muy dañados, por lo que han sido reparados,
sustituyendo alguna de sus partes, que eran irrecuperables. La obra
había sido reentelada a principios del siglo XX, encontrándose el
soporte textil muy envejecido, con manchas de humedad y con pérdida
de adhesividad, algo que también ha sido subsanado.
Autorretrato de Zurbaran. |
En
su opinión, la
obra muestra “visiblemente las buenas dotes del autor para plasmar
la anatomía al desnudo del cuerpo humano, y que el movimiento de
éste se resuelve de acuerdo a los estudios que se impartían en la
Academia de Pintura Sevillana,
de la cual llegó ser presidente, probablemente teniendo delante un
modelo”. Además, continúa, “la contraposición sucesiva de las
posturas de las diferentes partes de la figura le otorga una
movilidad muy intensa, a pesar del estatismo de la composición en
general”.
La redacción del blog.
Extraído de "El Correo de Andalucía".
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