lunes, 26 de agosto de 2013

LOS MAESTROS DEL BARROCO PARA OTOÑO EN CAJASOL.

La pintura de Valdes Leal.

La Fundación Cajasol ha decidido sacudirle el polvo a las obras que atesora su valiosa colección de arte, una de las más importantes de Andalucía, e iniciar un programa de exposiciones, quearrancará el próximo 27 de septiembre con Los Maestros del Barroco, que podrá verse hasta el 5 de enero en su centro cultural de la calle Laraña y que exhibirá nueve piezas, entre ellas pinturas de Zurbarán, Murillo, Alonso Cano, Valdés Leal, dos anónimos –una Inmaculada y un rey San_Fernando– y tres tapices holandeses.

Dentro de esta muestra, una de las apuestas más potentes de la próxima temporada, se exhibirá el Jesús atado a la columna, de Valdés Leal, que adquirió por 95.000 euros la fundación en la última subasta de Arte, Información y Gestión, y que acaba de ser restaurado por Juan Luis Coto, experto en este autor, con más de 40 lienzos recuperados.

Autorretrato de Alonso Cano
La muestra recorrerá otros centros de la entidad en Andalucía y forma parte de una nueva política de Cajasol, que quiere organizar exposiciones en las que dar a conocer su fondos pictóricos, que abordan sobre todo el arte modernista y el contemporáneo.

El presidente de la fundación reconoció que “aunque nos encontramos en una época de estrecheces y dificultades, sería un asesinato histórico el no defender la parte de nuestro patrimonio cultural”. Por eso, ha garantizado el compromiso de Cajasol con los creadores andaluces.

En cuanto al Valdés Leal, el restaurador explicó que esta obra, que puede fecharse hacia 1670, es una de las de más valor del maestro sevillano en las que se reconocen de forma evidente las características de estilo de Valdés Leal, ya que “tanto la composición, como el dibujo y el colorido coinciden claramente con los empleados en su periodo de máxima plenitud”.

Autorretrato de Murillo.
Además, destacó que en el cuadro “se advierte la manifiesta tendencia de este artista a captar una expresividad típicamente doliente y patética, en contraposición a su contemporáneo Murillo, que en temas de la pasión de Cristo procuraba al máximo rehuir la expresión del sufrimiento”.
El estado de conservación de la obra era pésimo, según desveló Coto. El lienzo pertenecía a un coleccionista particular hasta que lo compró Cajasol en la subasta de primavera de Arte y Gestión. Según explicó, la pintura había sido sometida a una restauración en el siglo XIX, en la que se habían realizado repintes sobre algunas zonas que, por suerte, no alcanzaron a la figura de Jesús. Coto ha retirado estos restos y ha utilizado el estucado o reintegración de la pintura para devolver el esplendor a esta pieza.

Los marcos también estaban muy dañados, por lo que han sido reparados, sustituyendo alguna de sus partes, que eran irrecuperables. La obra había sido reentelada a principios del siglo XX, encontrándose el soporte textil muy envejecido, con manchas de humedad y con pérdida de adhesividad, algo que también ha sido subsanado.

Autorretrato de Zurbaran.
En su opinión, la obra muestra “visiblemente las buenas dotes del autor para plasmar la anatomía al desnudo del cuerpo humano, y que el movimiento de éste se resuelve de acuerdo a los estudios que se impartían en la Academia de Pintura Sevillana, de la cual llegó ser presidente, probablemente teniendo delante un modelo”. Además, continúa, “la contraposición sucesiva de las posturas de las diferentes partes de la figura le otorga una movilidad muy intensa, a pesar del estatismo de la composición en general”.

La redacción del blog.
Extraído de "El Correo de Andalucía".

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