Hace
la friolera de seis siglos que ya se conocía en algunas zonas de
la Península
Ibérica (sobre
todo en Portugal)
al ‘Coco’,
un personaje del folklore popular que se utilizaba (y se sigue
utilizando en la actualidad) para asustar a los más pequeños de la
casa, siendo numerosos los escritos, canciones populares y de cuna
(de principios del siglo XV) en los que se menciona o aparecía la
figura de este famoso asusta niños, quien iba provisto de una
calabaza vacía, y con unos orificios para los ojos y la boca, a modo
de cabeza.
El
filólogo y etimólogo Joan
Corominas indica
en su obra “Breve
Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana” que
fueron los marineros que acompañaron en su primer viaje al
explorador Vasco
da Gama y
quienes a su regreso a Portugal se trajeron consigo un buen número
de frutos recogidos en las palmeras que crecían en el delta
del Ganges.
Muchos
fueron los que encontraron una similitud asombrosa entre ese fruto y
el personaje del côco tan
famoso en su patria, ya que este parecido radicaba en que los tres
agujeros que hay en la cáscara del fruto les recordaba a los ojos y
boca de la cabeza con la que se ilustraba en aquella época al
personaje del asustador.
De
ahí que ese fruto tropical recibiese ese nombre con el que se conoce
desde entonces.
La redacción del Blog.
Extraído de 20 Minutos.
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