LOS COCHES DEL FUTURO.

La industria del automóvil no termina de apostar por los coches totalmente eléctricos, la falta de una autonomía más que razonable y el no conseguir baterías que acumulen energía suficiente hacen que esta tecnología se retrase durante alguna que otra década más.

Así pues, los fabricantes van a seguir apostando por los coches híbridos, seguiremos, de esta forma, enganchados al combustible fósil que es la gasolina. 

Las nuevas investigaciones van a ir encaminadas a producir coches que consuman menos gasolina y emitan menos CO2, unido al aprovechamiento de la energía cinética para coches que no tengan que ser enchufados como los está fabricando Toyota con el modelo Prius, y en los que se ha demostrado su eficiencia.

Aún estamos muy lejos de dejar de depender en nuestros desplazamientos de los derivados del petroleo, y la única manera que tenemos de reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero pasa, evidentemente, por la compra de vehículos de consumos eficientes, y si esto no es suficiente lo que tenemos que hacer es usar los servicios públicos y en nuestra bonita ciudad, donde se han hecho muchos kilómetros de carril bici, tendremos que usar la bicicleta como medio de desplazamiento y de esta forma ayudamos al medio ambiente y a nuestra propia salud. 

Desde hace ya algún tiempo viene barruntando por mi mente la posibilidad de dejar los coches que tenemos en la familia, dos, y venderlos con la intención de ahorrar costes familiares lo primero, y segundo ayudar  a no emitir más gases de la cuente y limitarnos finalmente a alquilar un coche cuando sea absolutamente necesario. Pero mientras maduro esta reflexión, al menos estoy aparcando el coche para solo usarlo cuando no hay más remedio.

CRL.