MI RELACIÓN CON EL TABACO

Mi primera experiencia con el tabaco fue a muy temprana edad, pues tenía ocho años, cuando empecé a fumar por primera vez. Todo empezó cuando mi abuelo me mandaba al estanco a por tabaco y yo le quitaba uno o dos cigarrillos para fumármelos, aunque no me tragaba el humo.

A los catorce años, con los amigos del colegio, fue cuando ya empecé a fumar en serio. La primera vez que me tragué el humo lo pasé fatal, me entró una tos muy fuerte y ganas de vomitar, pero poco a poco me fui acostumbrando, hasta que llegó un momento en que me tragaba el humo sin dificultad.

Me fui enganchando a ese maldito vicio. Al principio me fumaba uno o dos a diario, pero conforme fueron pasando los años, mi vicio fue a más hasta llegar a fumarme un paquete de cigarrillos diario.

Cuando empecé no notaba los efectos nocivos del tabaco, pero con el paso del tiempo y la falta de ejercicio. Me canso mucho al realizar cualquier esfuerzo, y por las mañanas me entra una tos muy fuerte que se me quita poco a poco. Como dice la canción de Serrat “he de plantearme muy seriamente dejar de fumar, con esta tos que me entra al levantarme...”.

Ahora fumo un poco menos, estoy en quince cigarrillos diarios, pero el primero de la mañana me lo fumo nada más levantarme de la cama. Sé que eso de fumar en ayunas no es bueno, pero el vicio es más fuerte que yo.

Una vez conseguí dejar de fumar durante tres meses, cuando me diagnosticaron neumonía, pero caí otra vez en el vicio por una tontería. Se que debería dejar de fumar y que ahora con las leyes antitabaco y con la crisis me lo están poniendo más fácil. Así que habrá que intentar dejar de fumar, poniendo mucha voluntad y luchando contra el vicio.

J3eles.