martes, 11 de febrero de 2014

LA IGUALDAD DE LOS ESPAÑOLES ANTE LA LEY.

¿Creéis realmente que todos somos iguales ante la ley?. Según la Constitución española, los españoles somo iguales ante la ley, algo que ha repetido el Rey en sus dos últimos discurso de Navidad. El principio de Igualdad ante la ley es el que establece que todas las personas somos iguales sin que existan privilegios ni prerrogativas de sangre. Es además un principio esencial de nuestra democracia. Aunque hay gente que piensa que es falso, estos últimos días hemos visto a la Infanta Cristina entrando en el Juzgado de Palma para asistir al interrogatorio a petición del Juez Castro, imputada en una trama de fraude fiscal.

El caso de la Infanta pone en entredicho si todos somos iguales ante la ley, en nuestra opinión estamos de acuerdo en que sea así, pero el caso es que no lo es. Personas de clase alta (empresarios, monarquía, nobleza, políticos,...) gozan de unos privilegios que no tenemos los ciudadanos corrientes. Esto hace preguntarnos ¿en qué sociedad nos encontramos?, ¿existe la justicia?. Queremos creer que si, pero nos queda claro que no todos somos iguales.

Se ha visto y demostrado en varias ocasiones que ante la justicia, personas conocidas públicamente se han visto favorecidos por el mero hecho de tener más recursos económicos o influencias que el resto de las personas de "a pie". Aunque en la actualidad se observa un cambio de actitud a la hora de juzgar a todas las personas por igual debido al descontento generalizado del "pueblo", cierto  es, también, que se aprecia algún favoritismo que intentan tapar algunos "individuos" con manipulaciones verbales para acallar las criticas.

La justicia por desgracia no es igual para todos, y el nivel socioeconómicos decanta en muchas ocasiones sentencias de uno u otro signo. El pago de tasas va a provocar que dependiendo del nivel económico se acceda o no a la justicia. Otro factor importante es el nivel social, de tal forma que personajes como la Infanta pueden disfrutar de ciertas ventajas que cualquier ciudadano español no tiene, y esto es gracia a la influencia que su nivel social pueda ejercer sobre los jueces. 

Deseamos una justicia, nunca mejor dicha, justa e independiente de presiones económicas, sociales y políticas.

Fernando, Antonio, Míriam y Antonio Manuel.  

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