El martes de la semana pasada, los usuarios del
URSM, tuvieron la oportunidad de aproximarse y conocer la obra del
genial artista cordobes Julio Romero de Torres, exposición que se
celebra en el Museo de Bellas Artes de Sevilla desde el 26 de
Septiembre hasta el 17 de Enero de 2004.
Aprovechamos la ocasión
para animar a los ciudadanos a que visiten con más frecuencia las
diferentes manifestaciones culturales que se organizan en la ciudad
puesto que la cultura, además de ser un Bien común, ha de servir de
provecho y enriquecimiento de la persona, que mostrara una de las más
bellas disposiciones humanas: la sensibilidad por las Artes Humanas.
Una
de las cualidades más notables de la Exposición, reside en la
magnífica reproducción de las mujeres que aparecen en el lienzo.
Tal es la exactitud de la pintura que parece que estuviéramos
observando una fotografía, una fotografía de principios de siglos
que se ha conservado su imagen a la perfección a lo largo del paso
del tiempo, sin que el color sepia, tan propia de las instantáneas
antiguas, haya deteriorado los colores.
Citar como nota importante
que la mayoría de los personajes retratados eran mujeres,
predilección por la que sentía un especial interés el autor.. Cabe
también señalar la elegancia general que caracteriza las figuras y
los detalles, además del adecuado uso del color, oscuro y luminoso
al mismo tiempo, mostrándonos un mundo de una riqueza expresiva
impresionante. A parte, hay una serie de cuadros en los que predomina
el erotismo, al aparecer las figuras de mujeres desnudas o
semidesnudas pero sin una tendencia excesiva a la provocación.
Julio Romero de Torres es
uno de los artistas más destacados del periodo denominado como fin
de siglo, y su estilo fue considerado como el máximo exponente del
simbolismo andaluz. Su obra esta íntimamente relacionada con
corrientes pictóricas de tono popular y folclóricas.
Su afición por la pintura
quizás fue influenciada por su padre, que también ejercía de
pintor y era director del Museo de Bellas Artes de Córdoba. Comenzó
su aprendizaje a la temprana edad de 10 años. En el año 1895
recibió una mención honorifica además de participar en las
ediciones de 1899 y 1904 donde fue premiado con la tercera medalla.
Fue el principio de una trayectoria llena de reconocimientos a su
labor entre los que se incluye el de la Exposición de Barcelona y en
la Internacional de Múnich del año 1913.
El 10 de mayo de 1930
moría en su casa de la Plaza del Potro en Córdoba, tras sufrir una
dolencia hepática.
Entre sus obras
principales destacan Musa gitana, Retablo de Amor, Naranjas y Limones
y la Chiquita Piconera.
Ignacio Pérez Jiménez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario