lunes, 2 de septiembre de 2013

LACTANCIA MATERNA.


Aquí os dejamos hoy una opinión que hemos encontrado bicheando por este mundo incierto de internet pero que compartimos plenamente. 
Desconozco las razones por las que cuando se toca el tema de la lactancia materna se terminan por levantar tantas susceptibilidades. Muchas veces, además, airadas. Y da igual el bando en el que estés, al final no es infrecuente que se termine hablando en términos de fundamentalismo, de radicalidad, de falta de perspectivas… Los unos hacia los otros y viceversa. Es triste, pero en este tema parece que solo se puede hablar en términos beligerantes: bandos, frentes, “defensores”, etcétera. Y a las pruebas me remito.
Tal y como yo lo veo, al final se trata de decisiones personales. Lo importante, desde mi punto de vista, es que esas elecciones se terminen realizando con la mayor y mejor información posible.Sin presiones, sin amenazas, sin chantajes (emocionales) tan frecuentes. Ni por parte de los profesionales sanitarios, ni desde luego por el círculo más cercano a la madre que finalmente será la que se decidirá por dar o no el pecho. O presiones también hacia a la unidad parental. Porque esa es otra, aunque no lo creas el padre de la criatura y pareja de la afectada también tiene, o debería tener, una voz a tener en cuenta al respecto (al menos en cuanto a la decisión definitiva de hacer una o otra cosa). A partir de ahí que cada uno vea. Como espero que te estés imaginando, no me refiero a cuando la lactancia materna deja de ser una alternativa (por la causa que sea), sino a aquellos casos en los que pudiendo optar por ambas soluciones se debate cuál de ellas seguir.
Cuando así sucede, cuando hay un adecuado aporte de la información sobre el tema, de sus posibilidades, de las facilidades y de los inconvenientes, de los riesgos y beneficios de cada una de las dos opciones… entonces las circunstancias, valores y preferencias personales que terminan por hacer decidirse por una u otra son absoluta y perfectamente respetables. No encuentro mejor expresión para  resumir mi opinión que el título que encabeza el segundo capítulo del libro de Julio Basulto “Se me hace bola”:
La madre que no da el pecho es tan buena madre como las demás. La que lo da también
Una vez dicho esto y trayendo de nuevo a colación mi opinión sobre lo idóneo de dar el pecho frente a la lactancia artificial, te sugiero que leas esta entrada, que en resumen viene a decir que:
Todas las madres deberían tener acceso a un apoyo especializado para iniciar y mantener la lactancia materna exclusiva durante 6 meses y garantizar la introducción oportuna de alimentos complementarios adecuados e inocuos, manteniendo la lactancia materna hasta los dos años o más.
Y hablando de esas madres que finalmente se han decidido por esta opción y de ese apoyo con el que deberían contar según la recomendación de la OMS, te emplazo al próximo post (lunes 5) en el que daremos cuenta del leitmotiv de esta edición que no es otro, tal y como reza la primera imagen que ilustra el post de hoy, que ese adecuado apoyo que es preciso brindar a aquellas madres que han decidido, libremente, convencidas y asesoradas de forma conveniente, dar el pecho a sus hijos.

La redacción del blog.

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