Los
alquimistas lo tienen cada vez más difícil. El oro que existe en la
Tierra (y en el resto del Universo) tuvo su origen, según los
últimos datos, en cataclismos cósmicos difíciles de imaginar,
concretamente en el proceso de formación de agujeros negros como
consecuencia de la colisión de estrellas.
Hace
seis semanas se detectó un estallido de rayos gamma de corta
duración (solo duró dos décimas de segundo ), que es uno de los
procesos más energéticos observables en el Universo, e
inmediatamente se centraron en esa zona del cielo los más avanzados
telescopios, porque los científicos quieren saber a qué se deben.
Primero con el Magallanes, en Chile, y luego con el
telescopio espacial Hubble se
observaron los restos en luz visible y luz infrarroja de esta
explosión. Esta vez hubo suerte y estas observaciones son las que
mejor sostienen hasta ahora la hipótesis de que estos estallidos de
rayos gamma proceden de la colisión de estrellas de neutrones, según
científicos del Centro
de Astrofísica Harvard-Smithsonian.
El resplandor observable durante los días siguientes es lo que ha
indicado que allí, por desintegración radiactiva, se crearon
cantidades sustanciales de elementos químicos pesados, incluido el
oro.
El
oro es escaso en la
Tierra (a
pesar de que se calcula que están sin extraer el 80% de las
reservas) y es también escaso en el Universo. Tampoco era muy
accesible la hipótesis anterior, de hace unos 20 años, que situaba
el origen del oro (y de muchos otros elementos pesados) en las
explosiones estelares conocidas como supernovas. Precisamente de las
supernovas surgen las estrellas de neutrones, densísimas y muy
pequeñas. Si chocan dos estrellas de neutrones y se forma, como se
cree, un agujero negro, en el proceso se podría decir que se emiten
rayos y centellas.
“Hemos
calculado que la materia eyectada tras la colisión es
aproximadamente equivalente al 1% de la masa del Sol y que la
cantidad de oro en ella es hasta 10 veces la masa de la Luna, lo que
nos da un valor de mercado actual de 1 seguido por 28 ceros en
dólares”, explicó medio en broma Edo Berger, que ha dirigido la
investigación. Asegura que con este mecanismo (explosiones de este
tipo se producen cada centenas de miles de años en una galaxia) se
puede justificar la formación de todo el oro del universo, aunque no
descarta que las supernovas sean el origen de una pequeña parte.
La
reciente colisión se produjo en una galaxia similar a la Vía
Lácteapero
muy lejana. El brillo del estallido superó durante unos instantes el
brillo total de la galaxia. Curiosamente, la palabra oro no se cita
en el artículo sobre el tema que publican Berger y sus colegas en la
revistaThe
Astrophysical Journal Letters,
en el que sostienen que han encontrado la prueba de que los
estallidos cortos de rayos gamma se deben a colisiones estelares. En
este caso el oro ha sido el gancho para presentar la información de
forma atractiva.
La redacción del blog.
Extraído del diario El País.
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