miércoles, 12 de junio de 2013

ME DUELEN TUS BESOS.

Me duelen tus besos cada vez que me acuerdo de ti. He intentado imponer fronteras a mi memoria, clavar empalizadas firmes que no permitan la entrada, vivir una vida propia, que siga ritmos diferentes al tuyo.

Me pregunto cuantos corazones asfaltados existen en el interior de los extraños, en los viandantes  con los que me encuentro cada día discurriendo  por las avenidas publicas.

Cuando amanece, cuando atardece, cuando anochece, me siguen doliendo tus besos como un intruso que entra sin avisar, manejando todo tipo de armas afiladas e hirientes que dejan cicatrices en la memoria.

Me lleva el aire a los pájaros que por la noche hielan las oscuras esquinas donde aparece tu nombre escrito con el dolor que dejó impronta de soledad en nuestros labios, palabras rotas que se las llevo el viento a tierras inhóspitas con la cara congestionadas por el sufrimiento.

He resistido a dejarme llevar por el tiempo hacia aquellos prados que susurran tu nombre sintiendo que el canto de un ruiseñor se transforma en ruido ensordecedor.

Ignacio Pérez Jiménez.

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