IMPOTENCIA.

Quiero deciros que me he desbordado con unos miedos vividos. Incapacidad de manejarme. La solución elegida ha sido un gran error que me ha dejado a las puertas de la muerte.

Pensé que tomar un exceso de pastillas diarias, recetadas por un profesional, iba ayudarme a controlar el caos, el miedo, el insomnio y la ansiedad, pero esto me hizo el efecto contrario.

Menos mal que volví a ese mismo profesional y tomamos medidas para que no siguiera automedicándome, ya que, como es obvio, no estoy cualificada para hacer esta burrada, ni ninguno de nosotros. 

Durante el tiempo que estuve automedicándome no era capaz de controlar mi cuerpo, de pensar bien. Tenía un gran colocón, perjudicial para mi salud, podría haberse parado algún órgano importante. Jamás me he sentido tan impotente porque parecía que no había vuelta atrás.

Mi vida pendía de un hilo, pero al volver a las dosis adecuadas, pactadas con el profesional,  ya solo esperaba que mi cuerpo se limpiara para poder vivir.

¡¡Vivir, quería vivir a toda costa!!, como nunca en mi vida había deseado; se me pasó toda mi vida por delante. Hubo momentos que olvidé, otros que me hicieron reflexionar, ¿que he hecho?. Y decidí luchar por tener salud y desde hoy lucharé todos los días, porque cada día es un regalo que hay que disfrutar. Tenemos que sacar lo bueno de todo lo que nos ocurre en nuestra vida.

Danae.