martes, 20 de febrero de 2018

CUANDO LOS PADRES SE NOS HACEN MAYORES.

Hay etapas en la vida que pensamos que nunca van a llegar y cuando llegan nos cogen desprevenidos porque no nos gusta esa realidad, no por nada, si no porque afecta a los seres más queridos, nuestros padres. 

Aquellos que tenemos la "suerte", entrecomillas, de tener nuestra diversidad funcional, camo ahora se le llama a lo que anteriormente era una "discapacidad", y hemos tenido que sobrevir a ella, primero reconociendola, después aceptandola, tratandonola y conviviendo con ella, nos encontramos en muchos caso conviviendo también con nuestros queridos y amados padres, esos que nunca fallan, que han estado para lo bueno y para lo malo al pié del cañón, dispuestos a ofrecerte siempre lo mejor de ellos.

Pues ahora, entramos en una nueva etapa de nuestras vidas, en la que ellos han envejecido y es cuando nos toca a nosotros devolverle parte del amor, el cariño y los cuidados con los que nos han arropado toda nuestra vida.

Es una situación dura la que se nos presenta hoy día, además de atendernos a nosotros mismos, que ya nos cuesta, debemos atender lo mejor posible a ellos, satisfacer sus necesidades más primarias y acompañarlos, animarlos y motivarlos en esta última etapa en sus vidas.

Pues así me encuentro yo ahora en estos momentos, intentando cuidarme e intentando cuidarlos, con mis más y mis menos, con los pro y los contra, con ayuda y sin ayuda, pero al menos lo hago con la satisfacción de hacer lo que debo.

Aghata74 y KepaKé.

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