jueves, 9 de enero de 2014

EL JUBILADO QUE PIDE LA ABDICACIÓN DEL REY DE ESPAÑA.



Martín Sagrera es un incondicional en las manifestaciones de Madrid. Este jubilado de 78 años, profesor de Ciencias Políticas y doctorado en Sociología por la Universidad de París, es conocido por ser el 'proveedor' oficial de pancartas en la mayoría de las protestas que se producen en la capital de España.

Sin embargo, estos días ha decidido actuar por libre. Martín ha decidido recorrer en solitario las calles de Madrid portando mensajes en los que increpa al rey y pide su inmediata abdicación. El debate de la monarquía ya no se puede obviar. No se puede tapar el cielo con una mano "He salido porque me impactó mucho la imagen de decadencia que ofreció el rey en el discurso de la Pascua Militar. Tenemos un Jefe de Estado que ya no está capacitado para seguir en el cargo. No es capaz de resolver ninguno de nuestros problemas actuales, empezando por el tema del referéndum de Cataluña, que me parece una barbaridad intolerable", asegura este catalán criado en Sevilla, quien destaca que, según las encuestas, casi dos tercios de los españoles piensan como él.

Puede decirse que Martín, republicano convencido, se ha convertido en el principal azote ciudadano de la monarquía. "Intento ir a todos los actos que puedo. El debate de la monarquía ya no se puede obviar. No se puede tapar el cielo con una mano. Estuve la última vez que salió de la clínica, pasó lentamente frente a mí en su coche y leyó fijamente una de mis pancartas contra él", dice. "No es justo que los ciudadanos no podamos decidir quienes deben representarnos", añade.

Precisamente este miércoles, Martín ha acudido también a 'saludar' a la reina, que ha presidido el estreno de la película sobre la vida del cooperante español Vicente Ferrer: "No puedo permitir que laven su imagen a costa del cristo de Medinaceli. Lo primero que tienen que hacer es acabar con la corrupción que hay dentro de su casa", señala en referencia a la reciente imputación de la infanta en el 'caso Nóos'. Pero no solo está indignado con la Casa Real, el Gobierno también es objeto de sus críticas: "En Europa existen gobiernos de derechas civilizados. Sin embargo, el PP representa a la derecha cavernívola, medieval y cruel. Su política de regresión ha sido brutal".

La historia de Martín es similar a la de tantos españoles que tuvieron que emigrar por la dictadura de Franco. Tras pasar por Italia, Francia y Alemania, este profesor universitario decidió hacer las Américas. Fue allí donde se manifestó por primera vez: "Recuerdo que estaba viviendo en Puerto Rico y salimos a la calle para protestar por la visita que realizó el presidente de Estados Unidos (Eisenhower en 1959) a España para entrevistarse con Franco y dar su visto bueno a la dictadura". Desde entonces siempre ha estado reivindicando lo que considera justo, aunque con la confección de las pancartas comenzó en serio en 1986, a raíz del referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN.

Paga las pancartas con la herencia de su abuelo Martín Sagrera, que vive de una forma modesta, no recibe ningún tipo de ayuda económica para afrontar los gastos que suponen las pancartas. Lo financia gracias a la herencia que le dejó su abuelo. "Aún tengo 100 hectáreas de terreno en Andalucía", desvela.

Su sentido del humor, cercanía y tesón lo han convertido en un personaje muy popular. Se ha manifestado contra todo: la burbuja inmobiliaria, el aborto, los recortes sanitarios... Ahora, Martín, que ha sido multado varias veces, teme que la llamada 'ley mordaza' del PP paralice aún más a una sociedad que, según opina, "está dormida". "Va más gente al fútbol que a una manifestación contra los recortes", agrega. "Yo seguiré saliendo a la calle porque es la única manera que tenemos los ciudadanos de expresar nuestra opinión sobre lo que nos parece que está mal. Es lo poco que nos queda ya de libertad de expresión", concluye.
 
La Redacción del blog.
Extraido de 20 Minutos.

1 comentario:

Jose Manuel Gandullo dijo...

Personalmente creo que este hombre es un héroe. Ojalá cundiera el ejemplo entre el populacho aborregado que hay en la ciudadanía.