viernes, 24 de febrero de 2017

RECORTES A LA IGUALDAD DE OPORTUNIDADES.

En cuanto a los recortes en educación que han reducido al Profesorado Técnico en atención Social y Comunitaria (tema que sale a colación de un artículo en El Diario.es de la Señora Sofía Pérez Mendoza) me gustaría manifestar en ese sentido algo de experiencia personal.

Yo fui a la escuela pública y a pesar de que allí todos éramos unos niños, de una manera u otra nos percatábamos de la diversidad en el alumnado con la que convivíamos. Esto me parece fundamental para crecer consciente de que "no todos son como yo", una realidad de vida crucial para andar por la vida. Por esta cuestión valoro como algo sagrado el acceso en igualdad de todo el mundo a la educación, y por consiguiente, la existencia de autoridades educativas que se ocupen de que esta garantía de una sociedad civilizada se asegure la inclusión en el sistema educativo sin excepción a la totalidad de la población. Además de vigilara el desarrollo humano en conceptos como la paz, la colaboración, el amor, la fraternidad y ayuda mutua, la libertad y por supuesto la tolerancia, entre otros muchos garantes de una sociedad igualitaria y civilizada, construyendo a la comunidad desde sus pilares cruciales de la infancia y la juventud.

La noticia de los recortes en la escuela de Trabajadores Sociales que previenen la situación de ciertas familias en riesgo de exclusión social, acoso o atender a la diversidad, es una mala noticia para ellos. Los recortes sociales se los han llevado, como se han llevado profesores y cierre de centros por falta de presupuesto. Una pequeña solución es que en vez de tener clases de veinte o veinticinco alumnos, no se vuelve a tener de cuarenta a cuarenta y cinco, lo que en cierta manera no es la solución, pero sí un cierto alivio ante la situación de falta de profesorado por los recortes.

En el caso del acoso, dar un escarmiento serio a los que acosan y maltratan, ya sea físicamente y/o psicológicamente.

No tener un Trabajador Social por cada centro, es no ver la realidad de frente. El hijo de la familia humilde que aprovecha su oportunidad, es acosado por grupos de niños de familias pudientes, que sólo van a la escuela a sacar el título con un aprobado raspado y después, hacer un módulo de F.P.O donde piden el título académico y le garantizan saber algo de algo con otro título, con la posibilidad de trabajar, mientras que el sujeto del maltrato que fue tratado como objeto, recibe atención psicológica del seguro social, para salir de su situación.

A mi modo de ver esta es la situación que deja entrever la situación actual y que irá a mayores si no se pone el presupuesto y los profesionales.

José María e Ignacio Soto.

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