viernes, 9 de septiembre de 2016

INTELIGENCIA ARTIFICIAL. ¿Y DESPUÉS QUÉ?

La inteligencia artificial, está dando pasos de gigante  con el Asistente Watson de IBM que, según sus creadores, será billones de veces más inteligente que el ser humano, pero con la limitación que sintetizará la información, pero no la comprenderá, según sus creadores, que se han basado en la neurología del ser humano. Según éstos, la evolución del cerebro humano sólo es posible en su extensión en estas máquinas.

Pueden entender gestos, tono de voz, aprenden de nosotros incluso de sus propios errores y los nuestros. El problema, a mi modo de ver, que esto es como la creación de HALL 9000, de la película de Stanley Kubrick, cuando el ordenador se subleva contra sus amos los astronautas de la nave que se dirige a Júpiter, después de escuchar la misteriosa onda de radio que sale del monolito en la Luna hasta el susodicho planeta.

El asunto no es  lo que resuelve el super ordenador, sino lo que pasa cuando parece que ha cometido un error, después de concederle la tutela de nuestras vidas, en pro de hacerla más cómoda y/o tener más conocimientos con los que avanzar la humanidad.

En un último extremo siempre podremos desconectarlo con un interruptor de la pared, dejándolo inconsciente y usando los programas necesarios indispensables, para sobrevivir, pero después qué. Hemos concedido a la máquina que nos trate como a bebés de pecho, pero con conciencia. La máquina lo hace todo por nosotros, y no hemos aprendido a defendernos ni controlar ni siquiera nuestro entorno más próximo, nosotros mismos. ¿Qué hacemos sin los ordenadores qué nos llevan en carrito y toman las mejores decisiones y piensan por nosotros y crean nuestro entorno para hacernos la vida más cómoda y fácil?

Ignacio.

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