jueves, 11 de agosto de 2016

ESTRÉS.

El estrés es un síndrome inespecífico constituido por cambios inespecíficos del organismo  inducido por las demandas que se le hacen.  Es inevitable experimentar cierto grado de estrés en la vida y en las ocasiones apropiadas resulta benéfica, no obstante demasiado estrés es peligroso para la salud en general, ya que se alteran en forma prolongada y perjudicial las funciones de muchos sistemas del organismo.
El estrés puede ocasionar  que al cuerpo se le dificulte combatir una infección, incluyendo las enfermedades periodontales.  Las personas con mayor estrés laboral presentan niveles más altos de pérdida de hueso alveolar, un síntoma de enfermedad periodontal, que los que no sufren tanta tensión en su trabajo. 

Los sujetos que se ven estresados o incapaces de solucionar un problema tienden a abandonar su higiene bucal, además, se producen cambios salivales y se reduce la capacidad del organismo de luchar contra las infecciones.  Sin embargo, muchos de los factores de riesgos son fácilmente previsibles; tanto la falta de higiene bucal como el hecho de descuidar la revisión dental por un profesional puede ser controlada por un mínimo esfuerzo. Eliminando la patología periodontal se evita además uno de los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, de patología respiratoria y de complicaciones en la diabetes. 

La necrosis isquémica del miocardio está producida por la arterosclerosis, esta a su vez puede estar causada por múltiples factores entre ellos el estrés que puede aumentar la hipertensión.  Los pacientes hipertensos muestran niveles muy altos de ansiedad, así como altos niveles de ira, agresividad y hostilidad. 

Ante cualquier evento estresante, los seres humanos tienden a modificar su conducta en una doble línea: por un lado, aumentando las conductas no saludables y por otro disminuyendo la puesta en marcha de hábitos o conductas saludables, todo ello en detrimento de la salud; Por ejemplo, el estrés produce una disminución significativa del número de horas dormidas y horas de descanso, aumenta el consumo de tabaco, alcohol o psicofármacos, reduce la puesta en marcha de conductas saludables relacionadas con el ejercicio físico, medicina preventiva, entre otros. A su vez, el estrés y las reacciones emocionales negativas asociadas producen un fuerte malestar subjetivo, caracterizado por preocupación, temor, inseguridad falta de decisión, bloqueo de la actividad cognitiva e irritabilidad. Estos síntomas subjetivos potencian la alta activación fisiológica y los cambios de conducta. 


La adolescencia es un período de mucho estrés, las personas más susceptibles muestran en esta etapa problemas de fatiga, insomnio, depresión, ataques de llanto y de angustia. El estrés por un lado, equilibrado por el alcohol, azúcar, cafeína, entre otros llevan a la persona a una constante búsqueda de equilibrio que nunca llega a lograr. La baja tolerancia al estrés es una característica hereditaria y es muy evidente en ciertas familias. 

La redacción del blog.